¡A ejercitar nuestra mente!



“Nuestro cerebro para mantenerse en forma,
 necesita desafío, exigencia, cambio, movilidad”
 Shlomo Breznitz

El natural desgaste que genera el tiempo, así como afecta a nuestro cuerpo físico, también afecta a nuestras capacidades mentales. Con el paso de los años nuestra velocidad en el procesamiento de la información, nuestra memoria y nuestra atención ya no son las mismas de antes. La gran pregunta es, ¿podemos o no podemos hacer algo para prevenir la disminución de nuestras capacidades mentales?
En el año 2000, la investigadora Eleanor Maguire estudió los cerebros de un grupo de taxistas en Londres, resulta que para ser taxista en Londres necesitas conocer miles de rutas. Los resultados de esta investigación mostraron que el hipocampo (región cerebral implicada en la memoria y aprendizaje) de estos taxistas era más grande que el promedio de personas, y que el tamaño dependía del tiempo durante el cual habían sido taxistas. Es decir, el aprendizaje permitió el crecimiento de una parte de sus cerebros.
Esta y muchas investigaciones posteriores demostraron que nuestro cerebro es moldeable, tiene gran capacidad para cambiar en función de nuestro entorno y nuestras experiencias. Es capaz de adaptarse a nuevas situaciones e incluso, en algunos casos, es capaz de rehabilitarse después de algunas lesiones. Esta cualidad de nuestro cerebro es llamada por la ciencia actual: plasticidad cerebral.
Todos sabemos que cuando desarrollamos algún deporte aumentan algunas de nuestras capacidades físicas. Lo mismo sucede a nivel cerebral. El gran problema está en que, en la medida en que vamos envejeciendo, tendemos a adoptar un estilo de vida muy sedentario. Así como la falta de ejercicio físico nos lleva a perder fuerza física; cuando nuestro cerebro no se ejercita, pierde capacidades y flexibilidad para reaccionar a su entorno.
Entonces, ¿que podríamos hacer? Así como buscamos realizar ejercicio o iniciar una dieta para conservar a nuestro cuerpo en forma, de la misma manera deberíamos hacer ejercicios a nivel mental para mantener nuestras capacidades mentales en buen estado.
Pero, ¿Cómo ejercitamos nuestras capacidades mentales?
El estudio de los taxistas en Londres nos demuestra que cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas nuestro cerebro trabaja más. Hay que buscar la novedad, hay que buscar continuos retos como, por ejemplo: fotografía, manualidades, canto, tocar un instrumento musical, taichí, jardinería, dibujo y pintura, realizar un viaje, relacionarnos con personas distintas, etc. La clave está en la confrontación con lo nuevo.
Por todo ello. Desde hace un par de años, a nivel mundial, empezaron a realizarse talleres de “estimulación cognitiva” o “gimnasia cerebral”. Estos talleres engloban actividades que se dirigen a mantener el funcionamiento cognitivo, mediante ejercicios de memoria, percepción, atención, concentración, lenguaje y otras habilidades. Muchos científicos afirman que la participación de adultos mayores en este tipo de talleres produce una mejora considerable en su estado mental general y en su calidad de vida.
Todo ello significa que, ¿podemos prevenir el deterioro cognitivo?

Ahora bien, la ejercitación de nuestras capacidades mentales no elimina la posibilidad de aparición de una demencia, pero sí puede disminuir la posibilidad de su desarrollo, retrasar su comienzo y lentificar su evolución, por ello es tan importante realizar actividades que estimulen y ejerciten nuestras capacidades mentales. No esperemos a que sea demasiado tarde, mientras más temprano empecemos, mejor.


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